top of page

Jugar para aprender

Esta es la historia de una familia que busca romper con los esquemas tradicionales de aprendizaje con su hijo de 4 años. ¿Qué mitos se esconden en esa decisión?

Un caso

 

Iván Felipe tiene 4 años y vive con sus padres en Bogotá, él no ha iniciado su proceso educativo. Sus días están llenos de juegos, salidas al parque y cursos libres en compañía de sus padres, amigos y demás familiares, allí aprende jugando. Juan Manuel es un niño de la misma edad quien asiste al jardín desde hace ya dos años, vive con su madre y hermana mayor. Sale de su casa a las 5:30 am y regresa casi 12 horas después, cansado a seguir su rutina de aprendizaje realizando las tareas para día siguiente. Su mamá explica: “Ya no juega mucho con sus amigos del conjunto porque debe cumplir con sus obligaciones escolares”. Los dos amigos tienen en común que gozan de la compañía y cuidado de sus madres ya que ambas decidieron acomodar sus actividades laborales para dedicarse a ellos.

 

Iván y Juan han sido amigos casi desde su nacimiento, sus dos primeros años de vida compartieron mucho, situación que terminó tras el ingreso de Juan a estudiar. Todos los niños de esta edad que viven en el mismo conjunto asisten al jardín, hecho que es aceptado por familiares, amigos y vecinos, ya que consideran que esto es lo “normal” para esa edad. Paula, una de las vecinas, comenta: “Juan es un niño muy tranquilo, obediente y está aprendiendo mucho, a su corta edad ya le están enseñando tres idiomas”. Lo que no ocurre con Iván, pues él es bastante activo e inquieto, hecho que esta misma persona atribuye a la falta de ingreso al jardín. Rosa –abuela de Iván- dice: “Iván es un niño muy pilo, si estuviera estudiando sería más controlado y obediente, eso le hace falta”.

 

Los cambios de Juan Manuel

 

“A sus dos años Juan era un niño muy hablador, se relacionaba fácilmente con los demás, se le veía jugando futbol y montando bicicleta con sus amigos del conjunto, siempre estaba feliz y recibía a todos con una gran sonrisa. Una vez ingresó al jardín rara vez se veía jugando, se volvió una persona tímida, mal humorada e introvertida” comenta Carlos, el papá de Iván. La mamá de Juan Manuel comentaba con los padres de Iván, que su hijo había llegado triste de estudiar pues no había obtenido una carita feliz de parte de su profesora. En las pocas ocasiones que Juan e Iván volvían a encontrarse para jugar, los tiempos eran más cortos, porque él debía ir a preparar una evaluación para el día siguiente.

 

Actualmente Juan e Iván no comparten por la falta de tiempo y el cambio de actitud que Juan ha tenido.

 

Conociendo a Iván

 

Mientras los familiares y amigos de Iván se preocupan por “cuándo va a empezar a estudiar”, sus padres tienen claro que para su edad lo que él necesita es el apoyo y seguridad que se le brinda en casa. Ellos saben que el aprendizaje que obtiene de forma libre a través del juego, los paseos y la relación espontanea con los demás, es más significativo y gratificante que la carita feliz que le pueda dar una maestra.

 

Por todo esto, los padres de Iván han decidido conseguir un colegio que rompa los esquemas tradicionales, para que su hijo pueda desarrollarse libremente, siendo consciente de sus acciones y de los resultados de estas. Su objetivo es que él no “encaje” ni cambie su esencia, sino que fortalezca y desarrolle sus habilidades. Ellos buscan que él logre comprender el verdadero objetivo de aprender más allá de obtener una calificación.

 

¿Por qué los padres de Iván piensan “diferente”?

 

Ambos tienen un poco más de 20 años de experiencia en educación, desde la etapa preescolar hasta el nivel universitario. Han ejercido como docentes, coordinadores y gerentes de proyectos educativos, como “Educación media Fortalecida” con la Secretaría de Educación del Distrito y la Universidad Nacional. En esta misma universidad, el padre ejerce hace 12 años como docente y obtuvo su título de Doctor en Ingeniería Electrónica, lo que les da una visión diferente de lo que es “aprender”.

 

La madre de Iván, quien actualmente adelanta estudios de Maestría en Educación comenta: “La educación tradicional lleva a los niños y jóvenes a encajar en modelos basados en memoria y apropiación de conceptos, no les da herramientas para construir sus propios conocimientos, para desarrollar sus habilidades que los lleven a autorregular su aprendizaje y su conducta”.

 

Por su parte, el padre de Iván dice: “Es indispensable que los niños y jóvenes aprendan en un espacio donde se oriente a construir el conocimiento en contexto, a través de resolución de problemas y creación de proyectos”. Uno de sus aportes a los procesos educativos, es la creación de una plataforma robótica llamada IFLAB (mostrada en la imagen), la cual está siendo trabajada por docentes y estudiantes de los grados 10° y 11° en colegios del Distrito. Ésta herramienta es usada para desarrollar habilidades como la autodirección, el pensamiento crítico y analítico, la resolución de problemas, entre otros, todo a través de una metodología basada en proyectos.

SOBRE EL AUTOR

Paola Andrea Rincón Camargo. Estudiante de tercer semestre en Ingeniería Industrial

Los dos coinciden en afirmar que: “El aprendiz desde corta edad debe implicarse en su proceso de aprendizaje; en la medida que asuma un rol activo, será capaz de construir sus propios conocimientos y podrá reconocer que sus acciones lo llevan al éxito o al fracaso. El control de los resultados no es ajeno a ellos, depende de ellos”.

 

¿A futuro existirán diferencias entre Iván y Juan?

 

Catalina Benavides Coordinadora de Proyectos de Educación comenta: “Algunas de las dificultades con las que se encuentran los jóvenes hoy en día al terminar su bachillerato es la elección de carrera, debido en gran parte a que la educación tradicional en la que siempre estuvieron inmersos no desarrolló  ni potenció sus habilidades, dificultándoles su reconocimiento y dejándolos desorientados”.

 

Un estudio del Ministerio de Educación Nacional sobre deserción escolar en el ámbito universitario realizado en el 2014, muestra que las cifras de abandono de carrera están entre 61.38 % y 51.92 % en especial en los seis primeros semestres. Como posibles causas se mencionan las debilidades en las competencias académicas básicas con respecto a las exigencias de los planes de estudio y a la baja capacidad en la toma de decisiones. Benavidez comenta que:” “El modelo de educación en el que aún están inmersos los jóvenes no les brinda las herramientas que requieren para tomar las riendas de su vida desde temprana edad, se les forma para seguir instrucciones, cumplir objetivos y obtener notas”.

 

¿El cambio es posible?

 

Instituciones como la Escuela Pedagógica Experimental, fundada en 1977 con 11 niños, llegó a  23 promociones de bachilleres, entre ellos 654 egresados, en el año 2011. Dino Segura, su fundador, explica que el objetivo de la EPE es “ayudar a los estudiantes a andar firmemente en la vida y dejar huella mediante el desarrollo de sus habilidades y potenciales humanas”. Esta se aleja del sistema tradicional de “retener información”, al ser dirigido a personas que creen que “las notas no hacen mejor a nadie, que memorizar no significa saber, que llenar cuadernos y tener proyectos no significa educar y que lo más importante es el desarrollo feliz de tu niño y no el desarrollo de un pensum académico” como lo expresa su página de internet.

 

En cuanto a lo llamado “homeschooling” o educación desde casa, según establece el Centro de Investigación y Formación en Educación (CIFE), en Colombia no se registra el porcentaje de personas con dicho tipo de formación. Nicolás Bustamante para El tiempo (2013) comenta: “En Colombia, aunque la práctica ha ganado adeptos, no cuenta con una legislación que reglamente su ejercicio, ni cifras sobre su práctica”.

 

Por lo que se cuestiona: ¿Los cambios que se están generando para niños como Iván, en instituciones como la EPE o la enseñanza en casa tendrán resultados exitosos en un ambiente de educación tradicional tan arraigado como el nuestro? ¿O finalmente el sistema lo absorberá haciéndolo encajar en su modelo?

 

Por: Paola Andrea Rincón

 

© 2023 by Name of Site. Proudly created with Wix.com

  • Facebook App Icon
  • Twitter App Icon
  • Google+ App Icon
bottom of page