Policía Nacional: la defensa de la ciudad o amenaza
“Nunca actuaré ilegalmente ni permitiré que los sentimientos, prejuicios, animosidades o amistades personales lleguen a influir sobre mis decisiones. Seré inflexible pero justo con los delincuentes y haré observar las leyes en forma cortés y adecuada, sin temores ni favores, sin malicia o mala voluntad, sin emplear violencia o fuerza innecesaria y sin aceptar jamás recompensas”.
Rodolfo Palomino López, Director General Policía Nacional.

La corrupción y la violencia en la Policía Nacional de Colombia y específicamente en Bogotá es un tema frecuente en las conversaciones de los capitalinos. Así pues, ciudadanas como Laura Canal, estudiante de psicología de la Universidad Javeriana relata que en su visión los policías hacen todo para ganar plata por debajo de cuerda, que son corruptos, irrespetuosos, injustos e ilegales. Cuenta también: “Fui víctima de un atraco cerca del rio molinos por la 114 con 17, ya llegando a mi casa. Logré recuperar mis objetos robados al perseguir al ladrón y capturarlo. Pero lo más triste de la historia, es que mientras estábamos en camino al CAI Navarra los policías me iban diciendo que era lo que tenía que decir en el testimonio y en la fiscalía de menores para que el caso de este ladrón si tuviera el castigo que se merecía al denunciarlo”.
Según Mauricio Nieto, abogado y egresado de la Universidad de los Andes “es injusto que por culpa de unos cuantos policías deshonestos se dañe la imagen de toda la institución; institución que debe ser vista como un modelo de autoridad, respeto, justicia y colaboración con la sociedad, la seguridad y la ciudad”. Dice también que “son los policías los que inventan cosas para sacar dinero, pero en otros casos, los conductores o bogotanos si son infractores y se pasan por delante normas. Si la policía fuera una institución que cumpliera e hiciera las cosas bien, no tendrían que recurrir a este medio para ganar algo de dinero extra”.
Estos testimonios exhiben la percepción de algunos ciudadanos sobre la Policía Nacional, pero adicionalmente, muestran cómo su conducta se sale del marco de lo establecido por la Constitución. Según el Artículo 218 de la Constitución Política, “La Policía Nacional es un cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”. Sin embargo, ¿esto se cumple o sólo hace parte de un mito que sobrevive en un documento?

SOBRE EL AUTOR

Mi nombre es Juliana Jaramillo, tengo 22 años y soy estudiante de octavo semestre de Arquitectura de la Universidad de los Andes.
Al entrevistar a Franco, un funcionario de la Policía del CAI Santa Bárbara dice: “He estado en muchos casos donde tratan de amangualarnos con dinero, pero con estos no hacemos parte de eso, ante todo cumplimos con la labor, yo creo que porque haya unos cuantos malosos no tienen porque vernos a todos así (...) pero pues sí, casos se han visto durante el tiempo que yo llevo aquí, en donde los policías abusan de su autoridad y son violentos, pero son cosas que como digo se sabe, así son muchos pero no todos”.
Con esta versión de Franco se denota que hay una parte de la institución que ha caído en la corrupción. Sin embargo, este problema que muestra el incumplimiento del artículo 18, deja ver que esa idea del buen policía se contamina en algunas ocasiones por las conductas de los mismos ciudadanos. No obstante, hay una realidad que no puede ser desconocida y que a continuación se exhibe en este video:
Un aficionado que logra grabar este momento, muestra cómo una mujer es víctima de la violencia física y verbal por parte de los oficiales. Entre ladridos de perros, gritos y reclamos se ve cómo ese mito del buen policía se va desdibujando entre la ciudadanía.
Según la encuesta de Percepción y Victimización en Bogotá y sus localidades, realizada por la Cámara de Comercio de Bogotá, la Policía Nacional obtuvo una buena calificación en su servicio hasta el año 2009. La siguiente grafica muestra los resultados después de encuestar a 933 ciudadanos; hay una clara evidencia que del año 2004 al año 2009 los ciudadanos dejaron de acudir a la Policía en un 12% y en este sentido se denota una falta de confianza en la institución.

No sólo el estudio de la Cámara de Comercio de Bogotá ha revelado la situación de la Policía Nacional, también según La FM, más de 100 policías de tránsito están envueltos en casos de corrupción. El siguiente video, muestra cómo un periodista de la Revista Cambio hace un recorrido por diferentes barrios de la ciudad de Bogotá, en busca de casos de corrupción y abuso de autoridad por parte de la Policía Nacional y esto fue lo que se encontró:
Adicionalmente, el testimonio de Federico Rey, estudiante de Arquitectura de la Universidad de los Andes muestra cómo este mito del buen policía se desmorona. Rey ha sido víctima en varios momentos de la corrupción y violencia por parte de la policía. De ahí que, relate que: “Los manes te encuentran algo y siempre es: ‘usted porque tiene esto’... Luego es: ‘usted no puede llevar esto? Los manes saben hablar mucha mierda. Después, para meterle susto a uno le dicen listo camine al CAI y arreglamos esto, pero hoy en día es que uno nunca llega al CAI. Se sube uno de copiloto, y el otro se va en la moto. El de la moto va muy lento porque ellos saben que no pueden llegar al CAI con uno, están simplemente negociando e intentando sacar plata.” (…) “Los manes en la requisa sólo quieren ver la billetera porque quieren ver cuánta plata tienes, no para revisar tus documentos”.

El segundo caso que mencionó Rey en la entrevista, cuenta que “Estábamos en la 5ta y ahí todos fuman marihuana, tenían en la mano para armar uno y llegan las motos y todos saben que se tienen que ir porque llegan con fórmulas en donde anotan que tiene uno, pola, marihuana; se cuelgan de eso y empiezan a joder". A Juan David lo requisaron, se la cogieron y los policías le dijeron nos vamos para el CAI. ‘Es porte mínimo usted no me puede llevar preso’. Se puso todo muy violento, lo empezaron a forzar y la gente de la 5ta se dio cuenta y se fueron todos en contra de la policía diciéndoles que no se lo podían llevar por eso. Los policías histéricos, llamaron refuerzos una camioneta, más motos, al final eran como diez policías contra todos los que estaban ahí en la 5ta... Hay videos de policías teniendo gente como ahorcándolos, patadas, puños, no sólo a Juan David sino a más gente que se metió en la pelea. ‘Tómeme las fotos que quiera que igual el chaleco es prestado’ y Juan David les dijo ‘el chaleco es prestado pero la cara no’. Al final metieron a Juan David y a dos manes más en una patrulla y él contó que le pusieron un costal en la cabeza y le pegaban bolillasos diciéndole borre las fotos, borre esos videos”.
A pesar de estos testimonios, sería gravísimo acusar a toda la institución, puesto que no todos los policías son un ejemplo de corrupción, hay muchos que cumplen con su rol en la institución, son colaboradores y responsables con su cargo. Un miembro de la estación de Policía cerca de la Universidad de los Andes, cuyo nombre no quiso revelar en la entrevista mencionó que “Acá llegan todos con muchas historias, sobre todo los motorizados, esos patrullan durante todo el día buscando y son los que se la hacen” (…) “Pero es difícil que la gente cambie de parecer y crean que no todos los que estamos en esto tenemos intenciones de hacer daño y mucho menos de buscar cómo sacar dinero, eso está mal”. Este es el caso con el que tienen que lidiar policías bogotanos al ser miembros de la institución; que no hacen parte del gremio corrupto y violento, ni les interesa abusar de su autoridad.
Por: Juliana Jaramillo